Se terminaron las vacaciones, recibimos el bono de fin de año y ya no lo tenemos, lo gastamos, a decir verdad debemos más de lo que recibimos, se acabaron las largas festividades, empezó el año y regularmente con ello los propósitos que nulas ocasiones cumplimos, solo nos sirven para demostrarnos a nosotros mismos cuan viejos no estamos volviendo y cuanto crece nuestra voluntad de no hacer las cosas. Los niños regresan a clases y la rutina vuelve a mostrarse en nuestras vidas cargada de un exceso de falta de motivación. La cuesta de enero propicia una resaca emocional, pero lo sentimos hasta el tercer lunes de enero, que, para empeorar las cosas, es lunes ese fatídico día. Bajo esas circunstancias se define a este día el más triste del año o #BlueMonday. Y si eres mexicano y te parecieran pocos los argumentos que te presentamos para ser infeliz, te recordamos que comenzamos el año sin gasolina aumentando estrés y psicosis en las largas filas para abastecer nuestros vehículos.
El psicólogo Cliff Arnall profesor del Centre for Lifelong Learning definió este día como blue Monday y presentó su teoría en el 2005. El tercer lunes de enero es el día más triste del año debido a las circunstancias arriba presentadas, pero, inconforme con solo decirlo, se esmeró por crear una fórmula para comprobarlo en la que incluye como factor el clima ya que en los países del norte de América en esas temporadas las temperaturas bajan consideradamente inhabilitando a las personas para salir de sus hogares. Tal fórmula es la siguiente:
No explicaremos como usarla ni las condiciones para aplicar ya que simplemente no nos interesa. El día más triste del año viene relacionado con la depresión que conlleva a abandonar las fiestas (o por lo menos así lo plantea el autor) lo que se traduce como el fin de la temporada consumista más importante del año y el fin de las proporciones mercadológicas. En cada temporada de festejo hay una tremenda ola de intereses de empresas por acaparar la atención de consumidores y ofrecerles sus productos de temporada. Se ha perdido la esencia de esas fiestas orillando a nuestras nuevas generaciones a que relacionen las fechas con artículos. Tales relaciones pueden ser:
Año nuevo
- Ropa interior roja o amarilla
- Uvas
- Champaña, vinos de mesa y cervezas
14 de febrero
- Flores
- Dulces
- Peluches
- Tarjetas
- Visitas a restaurantes
- Visitas al cine
- Visitas a moteles
Semana Santa:
- Viajes
- Hoteles
- Vuelos
- Trajes de baño
- Mariscos
Halloween
- Disfraces
- Calabazas
- Adornos relacionados al tema
- Máscaras
Black Friday:
- Teléfonos inteligentes
- Pantallas
- Consolas de videojuegos
- Aparatos electrónicos
- Ordenadores
Día de muertos
- Pan de muerto
- Dulces
- Azúcar
- Flor de cempasúchil
- Arreglos florales
Navidad:
- El árbol de navidad
- El pavo
- Licores
- Ropa
- Caramelos
- Figuras, disfraces, accesorios relacionados con Santa Claus
No estamos en contra de los festejos, pero
- cuándo comes una uva el último minuto del año ¿sabes por qué lo estás haciendo?
- cuando compras una canasta de chocolates y las regalas a tu novio(a) un 14 de febrero ¿le has hecho el mismo detalle a tu mejor amigo(a)?
- En Estados Unidos ¿has escuchado de que algún ciudadano invite a los nativos indios americanos a su casa para compartir el pavo en el día de acción de gracias?
Si respondiste a éstas tres preguntas con uno rotundo NO, felicidades, eres una víctima más de consumismo norteamericano y probablemente el tercer lunes de enero padezcas la depresión consumista de la que habla el psicólogo Cliff Arnall.