Estrés, peleas, gritos, desesperación, tráfico. Así se vive en al menos 7 estados de la República Mexicana a causa de un desabasto de gasolina y la incertidumbre que provoca no tener noticias concisas sobre el suministro del combustible. Desde finales de diciembre de 2018 comenzó a escasear agravándose la primera semana de enero de 2019 cuando cientos de gasolinerías dejaron de ofrecer el combustible, incluso acordonaron para indicar a los automovilistas de la contingencia. El gobierno indica que no hay crisis y se surte de manera periódica a través de pipas ya que los ductos que lo hacían están temporalmente clausurados para evitar el delito del huachicol, así se podrá detectar la red de personas relacionados con éste y se estima que se evitará el robo de 2,500 mdp, pero transportar el combustible de esta manera cuesta 16 veces más.
La realidad en los consumidores es que han cambiado su rutina diaria, levantarse por la madrugada o esperar por horas para abastecerse, usar el transporte público o incluso bicicletas. Hay más tráfico debido a las filas de autos que esperan en las pocas gasolinerías que fueron resurtidas, el pánico se apodera de la gente y uno que otro intenta colarse entre esas filas para ser atendido provocando la ira de los demás. Se han visto peleas incluso en algunos centros de distribución la policía permanece custodiando al igual que los tránsitos. La gente lleva sus tanques de mano y hacen filas a pie para surtirse. En el estado de Guanajuato se vive una crisis, la revisión del ejército causa molestia en los trabajadores de la refinería de Salamanca, el cierre de 3 kilómetros del ducto que va de Salamanca-León ha paralizado la operación diaria, en Celaya solo 6 gasolinerías están abiertas y muchos niños se han quedado sin ir a la escuela por falta del suministro.
Por otro lado, Pemex rescindió el contrato a 103 empresarios cuyos motivos son desconocidos, pero se especula que previo a esta decisión, se evidenciaron las gasolinerías que dependían del tráfico ilegal de gasolinas. En palabras de Edgar Ocampo asesor en el Senado de la República en temas de energía, dispuso que la actitud del gobierno con respecto al tema de robo de hidrocarburos fue contundente. Agregó que los estados más afectados fueron aquellos que precisamente tienen una alta dependencia de robo. Nota extraída de El Financiero.
No obstante, algunos empleados de gasolinerías ofrecen el litro de combustible hasta en 30 pesos surtiendo un máximo de 20 litros, otros más piden altas propinas a cambio de despachar. Todo esto, pudiera parecer un conflicto eventual pero el problema debe ser considerado mayor ya que afectará directamente la economía del país.