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Alma en pena, la historia de Jimena

Abigaíl y Jimena eran excelentes amigas a pesar de que tenían pocos meses de haberse conocido, compartían mucho tiempo juntas y disfrutaban mucho de lo que hacían. Acudían al mismo salón en la preparatoria y el resto de la tarde lo dedicaban a hacer tareas en casa de alguna de ellas, los fines de semana asistían a bibliotecas y eventos culturales, lo más importante era invertir en conocimiento. Los padres de las dos jóvenes aprobaban esa amistad y se sentían orgullosos de sus hijas.

Una noche, Abigaíl se quedó un fin de semana en casa de Jimena, ya estando dormidas, Abigaíl despertó y salió al baño cerca de las tres de la mañana, se lavó y regresó a dormir junto con su mejor amiga, rápidamente se internó nuevamente en su sueño y comenzó a visualizar horribles escenas, estaba teniendo pesadillas. Soñaba una enorme casa donde estaba velando a alguien en el vestíbulo, ella se encontraba a la salida del estudio y observaba a unos metros esa escena, alcazaba a escuchar los llantos de personas, enfocaba más su mirada sin acercarse hacia los rostros pero no encontraba a nadie conocido, la curiosidad por saber de quién se trataba aquel suceso la hizo avanzar hacia las personas, se abrió paso entre ellas para estar cerca del ataúd y ver quién era la persona que se velaba. No distinguió el rostro del cadáver porque lo veía borroso, sin embargo aquel cuerpo estaba vestido con indumentarias finas y un hermoso vestido blanco con encaje adornado con figuras en satín, se trataba de una jovencita a quien toda aquella sala le lloraba, le llamó la atención el brillo tan intenso de un anillo de oro con un diamante muy hermoso que llevaba puesto al tratar de acercarse más a este para alcanzar a leer la inscripción que llevaba notó que la mano se movió, ella se asustó y miró hacia los asistentes para comparar reacciones pero ellos no lo habían notado, de pronto, el cuerpo de la chica bajó del ataúd y se encontraba parada frente a Abigaíl, ella soltó un grito y salió corriendo sin que ninguno de los asistentes haya visto algo fuera de lo normal en el ataúd.

Jimena se despertó por los ruidos y movimientos de Abigaíl y la sacudió para despertarla, de un sobresalto abrió los ojos y le platicó a Jimena de su horrible sueño. Al día siguiente tuvo la misma pesadilla y también importunó el sueño de su mejor amiga.

Al pasar el fin de semana Abigaíl regresó a su casa pero seguía teniendo esa pesadilla, solo que ahora el cadáver de aquella adolescente intentaba comunicarse con Abigaíl. Pasaron varios días más para retomar su sueño normal, ya no tenía pesadillas. Esa misma semana en una mañana cualquiera, la madre de Jimena había preparado el desayuno para llevar a su hija a la preparatoria, ambas salieron de casa y subieron a su automóvil, se dirigían hacia el colegio y en ese momento, un tráiler quedó sin frenos y chocó con el vehículo en el que viajaban, golpeó del lado de Jimena matándola instantáneamente, tras el accidente, el servicio médico llegó para auxiliarlas inmediatamente pero ya era demasiado tarde para Jimena, su madre resultó con lesiones graves y la llevaron rápidamente al hospital. Abigaíl notó que no llegaba su mejor amiga, pasó la primera clase y la segunda, la llamó a su celular pero se encontraba sin servicio, marcó a su casa y nadie contestó.  Cuando terminaron las clases se dirigió rápidamente hacia la casa de Jimena pero no encontró a nadie, regresó a su casa tratándose de comunicar con ella o su familia sin éxito. Al día siguiente, el padre de Jimena fue a notificar del suceso a sus maestros y pedir con oraciones por la salud de su esposa, la noticia fue hecha a los compañeros de Abigaíl y a ella a través de su maestro de filosofía, salió corriendo del salón para alcanzar al padre de Jimena y preguntarle si era cierto acerca de aquella horrible noticia, con el corazón roto le confirmó que si y comenzaron a llorar, ambos fueron al hospital para seguir el estado de salud de la madre de Jimena. Al paso de los días, la salud de la señora comenzaba a mejorar, pero la profunda tristeza por la pérdida de aquella jovencita opacaba la tranquilidad, Abigaíl estaba devastada, dejó de comer, de salir, acudía al colegio solo porque sus padres la obligaban, sus compañeros la frecuentaban y cuidaban más porque conocieron la excelente amistad que tuvo con Jimena y el impacto que causó en ella con su pérdida, a duras penas lograban que saliera a tomarse un café tratando de aminorar el dolor y controlar su salud emocional. Al cabo de varios meses la recuperación de la madre de Jimena era notoria, pero la tristeza era evidente en aquella casa, se acordó en cerrar la habitación donde su hija había vivido por años junto con todas sus pertenencias intactas, tratando de rescatar el recuerdo de Jimena.

Una tarde, Abigaíl se encontraba con sus nuevos amigos tomando una taza de café, se encontraba distraída y ensimismada como últimamente se había comportado, una llamada la sacó de su trance y al buscar su teléfono entre su bolso, al leer la pantalla apareció el nombre de Jimena, soltó el aparato y de un grito saltó de su lugar, sus compañeros de mesa quedaron apuntando con su vista hacia ella y preguntándole que había pasado, Abigaíl les  contó que recibió una llamada de Jimena, uno de sus amigos recogió el teléfono y confirmó que era cierto. Trataron de calmarla prometiéndole que indagarían de qué fue lo que había pasado. Decidieron visitar a los padres de Jimena para acompañarlos y saber cómo se encontraban, ellos amablemente los pasaron a la sala y los atendieron, después de unos cuántos minutos de plática Abigaíl preguntó acerca del teléfono de su mejor amiga a lo que los padres respondieron que se destruyó en el accidente, les dijo que aquella tarde recibió una llamada de aquel número y les mostró su teléfono, se conmocionaron los padres y la madre comenzó a llorar, el padre solo decía que era imposible en repetidas ocasiones, al ver que el ambiente se había alterado, los amigos de Abigail decidieron despedirse y llevarla a su casa para no importunar más, al dirigirse hacia la salida de la casa de Jimena, vio un cuadro que no estaba en aquella pared en otras visitas, era una fotografía de su mejor amiga que tenía un vestido blanco con encaje adornado con figuras en satín, un anillo de oro que lucía un diamante, el miedo corrió por su sangre y heló su espalda los escalofríos la invadieron porque recordó al personaje principal de sus pesadillas y vestía exactamente igual que Jimena en aquella fotografía.

Estando en su habitación de su casa, Abigaíl se encontraba muy confundida preguntándose lo que realmente significaban sus pesadillas, de que tal vez el accidente hubiese podido prevenir poniendo más atención a los detalles, concluyó que la chica de sus pesadillas en realidad era Jimena. Sacó su teléfono y tras varios minutos de pensarlo llamó al número de Jimena del que había recibido una llamada esa tarde, no logró comunicación y el número ya estaba sin servicio, el corazón le empezó a latir más rápidamente, las pupilas se le dilataron, la respiración se le cortó y por segunda ocasión en el día, dejó caer su teléfono al ver una figura que pasó por fuera de su ventana, solo alcanzó a distinguir el vestido blanco con encaje, bajó corriendo las escaleras en busca de sus padres y al encontrarlos ordenando la alacena se fue la luz, el comportamiento de Abigaíl los puso nerviosos, salieron de casa a caminar para tratar de tranquilizarla mientras ella les platicaba todo lo que había ocurrido ese día y su experiencia escalofriante en su habitación.

Con el tiempo, el padre de Abigaíl recibió una propuesta de trabajo fuera de la ciudad lo que obligó a vender su casa y a mudarse con toda su familia, pasaron los años y el recuerdo de Jimena comenzaba a extinguirse en el corazón de Abigaíl, la memoria de su ex mejor amiga llegaba solo a través de las pesadillas ocasionales a las que ya no se le daba importancia.

Jimena se había casado en secreto antes de entablar amistad con Abigaíl y nunca contó a nadie por miedo a lo que sus padres dijeran, siguió viviendo con ellos mientras se decidía que hacer en su futuro pero tuvo un embarazo y a las pocas semanas un aborto voluntario cuando se enteró que su pareja la había abandonado, poco después, conoció a Abigaíl y estableció una amistad. Jimena murió con inquietud y con el sentimiento de culpa al sentirse que había traicionado la confianza de sus padres y la tremenda revuelta emocional al interrumpir su embarazo, el cuadro donde aparece vestida de blanco fue el día en que contrajo nupcias en secreto, a sus padres les mintió al decirles que ganó un concurso de belleza en su escuela. El día del accidente donde resultó muerta, al practicarse la autopsia el doctor redactó en su informe acerca de indicios de un legrado que se había hecho, como su madre se mantenía en terapia intensiva, el único que supo acerca de esto fue su padre quien también decidió ser discreto respecto a ese asunto. Jimena lo único que necesitaba era el perdón para poder liberarse de éste plano y hasta la fecha su alma no lo obtiene y permanecerá así hasta que alguien ofrezca una ofrenda y le dé luz implorando el perdón celestial, mientras, estará condenada a vivir entre dos planos, deambulando entre la gente que más cariño le dió en vida.

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