Estaba comiendo Guzmán López Ovidio
Cuando la flaca llegó con pleno fastidio
Y se percató de que era un viejo conocido
De la policía buscado por su famoso apellido.
“Ahora nadie te salvará, es evidente
Te cargaré con total gusto placiente
De la tumba no escaparás ni por accidente
Y no dejaré rastro porque seré muy prudente”
“Ni me amenaces ni me enseñes el diente,
Que con una orden muevo a mucha gente
quedarás mirando y no de gusto precisamente.
Que todos me temen hasta el mismo presidente”
Ante esas palabras la flaquita fue profesional
Sin dar razones ni una explicación personal
Se quedo mareada en silencio sepulcral
Pensando en efectuar otra estrategia,
aunque fuese provisional.
“De mi te acordarás muchacho malcriado
Te arrepentirás de todo esto que he presenciado
Me llevaré todo eso que te has robado
Y en la calle te quedarás perplejo, pobre y bien meado.”
Una risa escabrosa del chapito siguiera
A la conversación con la flaquita para que no volviera
Y al día siguiente el ejecutivo en su conocida mañanera
Hablaba de la noticia para que todo México conociera
“Hemoj capturado al famojo criminal
en una precisa ejtrategia en la terminal
ju vida delictiva, dejenfrenada ha llegado al final
y todo México je levantará de a poco de su ejtado marginal.”
La flaquita miraba las noticias con gusto
al famoso Ovidio le pegó un buen susto
como al tigre de santa julia le provocó un disgusto
escondido tras las hojas gruesas de un arbusto
y no en la terminal como dijo el presidente en el discurso.
A Ovidio se le vio triste, desconsolado y pataleando
en una cárcel muy segura se quedará penando
y si de sus propiedades se estarán preguntando
tengan por seguro que para un bien se van encaminando.