La historia de King Kong no pudo haber sido más trágica que la historia de Harambe, desgraciadamente la realidad siempre supera la ficción. El acontecimiento del sábado pasado ha conmocionado a gran parte del mundo, la noticia del asesinato de este impresionante gorila espalda plateada ha dado vueltas por internet, los cuestionamientos de los culpables y las alternativas de la decisión del zoológico han sido comentados y analizados por un sinfín de personas. Estas peripecias de la vida me afectan mucho, un ser vivo sacrificado de esta manera no debe ser concebible bajo ninguna circunstancia. Ahora los ambientalistas claman justicia y no es que esté mal, pero para preservar una especie en peligro de extinción, los métodos correctivos son inútiles.
Analizando la situación los culpables son los administradores del zoológico por determinar el fin del gorila, ¿O tal vez no?, tal vez la madre del niño tuvo la culpa por no cuidarlo en una zona de peligro, pero, a cualquiera le pudo haber pasado, tal vez los culpables fueron las personas que comenzaron a gritar y provocar el estrés de Harambe y su reacción probablemente no pudo haber sido agresiva, o la sociedad fue la culpable por tener una afición a los animales en cautiverio, o el gobierno por no aplicar leyes más severas en la preservación de especies en peligro de extinción, o el mismo zoológico tuvo la culpa por no saber manejar o prevenir este tipo de contingencias o no contar con la seguridad suficiente para los animales y los visitantes. De todos los que posiblemente pudieron haber tenido la culpa, ninguno ha sido castigado, al que injustamente se le catalogó como amenaza y el menos culpable (creo yo) ahora está muerto.
Por otro lado, si el niño hubiese sido agredido o incluso hasta asesinado por el enorme animal las consecuencias y las críticas hacia el zoológico y los padres del niño hubiesen sido más severas. Con las redes sociales todos nos hemos vuelto expertos en leyes, críticos, ambientalistas y conocedores de todas las ciencias habidas y por haber. Nada escapa al ojo social-media, sin embargo nadie, absolutamente nadie hacemos algo para cambiar nuestro mundo, realizar campañas de esterilización para perros y gatos callejeros y publicarlo en las redes sociales no sirve de nada, es pasar la bolita y buscar a alguien que haga algo, desgraciadamente los humanos nos hemos convertido en un aniquilador, el enorme asesino que mata por placer y el que extermina toda forma de vida en el lugar donde se planta. Qué vergüenza para la creación, pero el grave daño que le hacemos a la naturaleza lo pagaremos en cualquier momento. Vivimos en un mundo que no merecemos y lo compartimos con criaturas que tampoco merecemos.
Si desaparecieran todos los insectos de la tierra, en menos de 50 años desaparecería toda la vida. Si todos los seres humanos desaparecieran de la tierra, en menos de 50 años todas las formas de vida florecerían».
Jonas Salk (1914-1995- Inventor de la vacuna de poliomelitis)
Volviendo al tema de Harambe, mucha gente ha presentado manifestaciones para hacerle justicia, la mayoría de la gente desaprueba la elección que tomó el zoológico y las consecuencias que traerá para ésta especie. Los gorilas son una especie en peligro de extinción debido a la tala inmoderada de su hábitat, la transmisión de enfermedades humanas y la caza. Son herbívoros y viven en los bosques de África en los países de Gabón, Guinea Ecuatorial y Camerún. Llegan a pesar hasta 200 kg y mide entre 1.60 a 1.70 mts.
Quiero contarles la historia de Dian Fossey, zoológa estadounidense autora del libro Gorilas en la niebla que posteriormente fue un éxito en taquilla por la película basada en el libro y protagonizada por Sigourney Weaver en el año de 1988. Personalmente esta mujer merece todo mi respeto y mi admiración, invirtió 22 años de su vida investigando el comportamiento de los gorilas de la especie gorilla beringei beringei quienes lograron aceptarla en su manada. Conoció las características de cada gorila y el trabajo que desempeñaban en el grupo, aprendió la forma de comunicación entre ellos logrando crear estrechos lazos de confianza y afecto. En Ruanda donde pasó la mayor parte de su investigación, fundó el centro de investigación Karisoke. En su libro gorilas en la niebla expone todo el conocimiento adquirido sobre estos majestuosos primates. La doctora no solo se dedicó a investigar, también fue una asidua luchadora contra los cazadores fortuitos de estos animales ganándose muchos enemigos entre ellos políticos y funcionarios del gobierno quienes también estaban coludidos en la caza clandestina de los gorilas en las montañas Virunga orillando a la especie a la extinción. Un 26 de Diciembre de 1985 la Dra. Fossey fue encontrada muerta en su campamento con severas contusiones en la cabeza a causa de arma punzo cortante, presumiblemente fue un machete el que se usó para su asesinato. Dian Fossey fue enterrada en Karisoke junto con otros gorilas que habían sido asesinados por los cazadores, ese lugar lo diseñó ella misma para darles una sepultura digna a sus amigos los gorilas.
Cuando te das cuenta del valor de la vida, uno se preocupa menos por discutir sobre el pasado, y se concentra más en la conservación para el futuro.
Fueron las últimas líneas escritas en su diario.
Hay dos cosas que nunca dejarán de asombrarme:
La inteligencia de las bestias…
Y la bestialidad de los hombres