¿Quién mece la cuna?

Una joven familia acababa de adquirir su casa, la señora estaba embarazada y ambos se encontraban bastante contentos por estos hechos. Los primeros meses en la vivienda fueron los más felices, disfrutaban de esa hermosa etapa en sus vidas y se comprendían mutuamente.

Al llegar el bebé la felicidad llenó sus corazones con una alegría que jamás ninguno de los dos había experimentado, la luz del hogar resplandecía hermosamente y las cosas parecían ir muy bien.

Un día, la pareja estaba cenando mientras el bebé se encontraba durmiendo en su habitación cuando escucharon un fuerte estruendo parecido al que se produce cuando un objeto pesado cae al piso. Ambos corrieron estrepitosamente hacía arriba temiendo lo peor pero al entrar vieron que todo se encontraba en orden, el bebé despertó con el ruido y comenzó a llorar, lo cargaron mientras buscaban indicios de qué era lo que había provocado el ruido sin encontrar nada fuera de lo normal.

Al paso de los días, escuchaban ruidos no solo provenientes de la habitación del bebé sino desde otros puntos de la casa. Comenzaron a notar que la temperatura bajaba drásticamente en las noches y que ambos enfermaban de las vías respiratorias sin que el medicamento o doctor alguno pudiesen hacer algo para remediarlo.

Una mañana fría a inicios de diciembre, la madre ordenaba la habitación del bebé y él se encontraba con su padre en la sala en su rato de descanso. En la habitación del bebé, cuando la señora acomodaba sus juguetes, a espaldas de ella escuchó un rechinido, volteó rápidamente y solo encontró la cuna meciéndose, el frío recorrió toda su médula espinal, las piernas se paralizaron y un ambiente helado se apropió del lugar. El esposo escuchó el grito de su esposa y junto con su bebé en brazos subió corriendo para auxiliarla, la encontró tirada sobre el piso apuntando hacia la ventana, él la abrió y se asomó hacia afuera para indagar acerca de lo que había pasado sin ver nada ni nadie, cuestionó a su esposa y ella indicó que «algo» la lanzó al piso cuando se acercó a la cuna y esa cosa se desvaneció traspasando el vidrio de la ventana. Al paso de los días, los eventos paranormales se acentuaban, se veían objetos caer sin causa alguna, golpes en la pared, tierra negra en el piso, manchas oscuras en la pared, apareció una sustancia viscosa color verdoso con un olor horrible en el pórtico, ruidos por las noches, y los constantes escalofríos en la habitación del bebé además de las muchas veces que fueron a darle las buenas noches cuando veían que sin corriente de aire o algún otro motivo, la cuna se mecía sola, todos estos argumentos fueron suficientes para abandonar aquel inmueble, además del miedo de exponer al niño a estos sucesos.

Una mañana antes de navidad, prepararon sus maletas y la última habitación de desalojo fue la del bebé, la abuela cuidaba del hermoso niño en el auto mientras el padre bajó con la última caja de objetos hacia el camión de mudanza mientras la madre tomaba las cubiertas y sábanas de la cuna del niño cuando se percató de una cosa espantosa al retirarlas, encontró un cráneo de un pájaro pequeño con sangre seca entorno a la sábana y dos hojas frescas de olivo, atemorizada, bajó rápido donde se encontraba su esposo para preguntarle acerca de eso, sin embargo él también quedó pasmado, confundidos, voltearon hacia la habitación del bebé y se conmocionaron al ver una sombra negra detrás de la ventana, escena extraña ya que la luz del sol golpeaba parcialmente de frente por lo que no había explicación natural a esto.

Inmediatamente apresuraron la movilización para abandonar el lugar lo más pronto posible, mientras en la fría habitación del niño, la cuna quedaba meciéndose arrebatadamente y las paredes blancas cimbrándose.