Cuántas veces hemos reconocido las ironías que envuelven al país, más que nada por la falta de correcta dirección hacia lo que se desea juzgar. La mayoría de las quejas radican en contra de la tierra, sin embargo, pareciera que es más fácil excluirse de culpas cuando en realidad los motivos provienen de los mismos ciudadanos que exigen, pero no aportan.Las ironías más comunes van en relación de la justicia y los valores que se ven corrompidos por el deseo de unos acabando con lo colectivo.
Los empleos: Desafortunadamente los mejores empleos van de boca en boca, pero a la vez en secreto. Ya que las mejores instituciones brindan las vacantes a través de los mismos empleados. Si tienen conocidos, los invitan a trabajar en ese lugar, ya sean familiares o conocidos, pero haciendo a un lado las oportunidades para personas que probablemente son más aptas para los puestos. Por eso no nos extrañe que en los sectores de salud o gobierno existan tantos empleados desinteresados en el servicio público, puesto que el lugar está asegurado, cuando a veces ni siquiera poseen los estudios pertinentes o las aptitudes para ocupar dicho puesto. Y la gran ironía de esto es que, las personas con estudies se encuentren desempleadas, mientras que quienes no conocen ni siquiera las labores que se realizan, ocupan el mejor lugar y mejor pagado. Quienes suelen ser responsables y alcanzar buenos puestos por su propia mano, son por lo regular las personas que trascienden de verdad en sus labores brindando un servicio único y oportuno.
Si de verdad se trabajara en unión no existirían tantas carencias, en cambio, si vemos que al otro le va bien, deseamos verlo caer. Y esto no debiera ser.
Los valores y la moral: En el país ciertamente mantienen una ironía en cuanto al concepto de valor y moral. Ya que la mayor parte de las leyes que rigen al país están olvidadas. El derecho al aborto es aceptado porque conviene a muchas personas que les es más fácil acabar con la vida de un embrión que aceptando sus acciones. Y lo curioso es que para este tipo de leyes no existió casi queja alguna más que por los grupos que iban en contra de estas leyes, los movimientos que buscaron refutarla. Y la ironía es que la protección a delincuentes como secuestradores y narcotraficantes, pareciera que hasta la misma ley los protege para que no les pase nada. Inclusive viven en mejores condiciones las personas que se dedican a estos actos de impunidad, teniendo todas las comodidades en sus celdas, mientras que muchas personas que están libres viven en situaciones lamentables.
Las leyes que protegen los derechos de la mujer, olvidando los derechos del hombre y aquella frase de igualdad de género tanto en trato digno como en derechos. Es cuestión de que una mujer se infrinja daño a sí misma y acuse a un hombre para que este pierda todos sus derechos. Y con esto no se da a entender que no existan casos de abuso contra la mujer. Sino que, desgraciadamente, algunos toman ventaja de estas leyes para corromper las mismas. El hombre machista que sigue discriminando a la mujer y la acusa, también son situaciones en las que no existe respeto ni derecho alguno.
La sexualidad y vicios: Tratar a los niños como si fueran adultos, brindándoles los cuidados menos prudentes. Permitiendo que tengan acceso a temas sexuales. Incluso dirigiéndose a ellos con groserías, y después se preguntan por qué hay cada vez más niñas embarazadas y jóvenes desinteresados. Algunos disfrazan la moral de libertad, que solamente se resume en un libertinaje y perversión. Y con el paso del tiempo, van dejando lo íntimo a la luz pública, vistiéndolo de arte y de libertad de expresión. Porque por lo regular las personas buscan el placer y no lo correcto. Por eso cada vez que se tratan temas políticos interesantes que afectan de alguna forma al país, es cuestión de que creen un programa con referencia sexual, o que programen un partido de futbol para ese día. Porque las personas están acostumbradas a seguir y no a ser líderes. A mantenerse con los ojos vendados mientras les brinden un poco de placer. No nos extrañe que cada vez que llegan las elecciones políticas, mágicamente algunos partidos comiencen a dar despensas y gorras, y con esto las personas venden al país, por mísera despensa de 200 pesos, regalando millones a los políticos que piensan enriquecerse a sí mismos y solo recorrer sus culpas a los gobiernos venideros.
La pregunta aquí es: ¿quién podría ser peor, el político que hurta o el pueblo que lo permite? O acaso con cervezas podremos olvidar realmente las penas del pueblo y dedicarnos a un minuto de placer, en contra de un progreso que requiera trabajo y esfuerzo.
La religión: Desgraciadamente las personas optan por evitar caer en creencias divinas, a causa de las malas experiencias personales, las malas direcciones y ejemplos por parte de los grupos religiosos. Y una de las malas estrategias que siempre utilizan es la culpa y el miedo. Si no crees en lo que proyectan, serás castigado de alguna forma. Y si no das tu dinero a las iglesias (de cualquier religión) entonces no tienes compromiso ni fe. Muchos malos líderes deciden crear sectas y religiones porque se convierte en un excelente negocio bastante conveniente. Las personas necesitan algo en qué creer tanto por necesidad personal como por naturaleza. No signifique que debamos creer en algo en específico, sino que, las personas encuentran consuelo a través de la religión, y un resultado decepcionante es que una secta religiosa se convierta en una gran empresa que obtiene grandes recursos sin efectuar un solo esfuerzo. Y por estos malos grupos, las religiones que de verdad buscan generar un cambio positivo, terminan siendo juzgadas por las personas, recriminando sus actividades e inclusive buscando destruirlas.
Desgraciadamente el miedo ocupa el puesto número uno para que el pueblo no quiera progresar, ya que si lo hace, esos unos que tienen el poder, buscarían nuevos medios para evitar que la venda se caiga de los ojos. Ciertamente el país tiene recursos suficientes en su tierra para cambiar este presente y mejorar.