Para el año de 1877 existía una quinta a la que se le denominaría el nombre de «Belén». Se consideraría como un patrimonio importante en el cual se construiría un templo. Para entonces la primera piedra sería colocada un 24 de agosto de 1879. Dicho lugar sería dedicado exclusivamente a la Señora de la Salud (1885). Esta zona hoy en día se encuentra sobre lo que se conoce como la calle Mérida, cerca de la prolongación calzada. Pero más que en el lugar, nos centraremos en específico en un personaje que resaltó durante la historia de este templo. Era conocido como el Padre Portillo, sacerdote del lugar. Del cual se cuentan algunas historias que con el paso del tiempo han quedado dejadas un poco en el olvido, pero en determinado momento, vio la luz para rumores e historias de carácter extraño. Este templo como hemos visto, tiene más de cien años de haber sido levantado, llamaba bastante la atención por sus numerosas imágenes de santos, de los cuales algunos fueron retirados por su extraña procedencia, ya que no se les reconocía del todo como santos. Se dice además, que se habían hecho cargo de conseguir algunas reliquias que conseguirían en otros países, con la finalidad de adoptarlas para embellecer el templo. En el lugar también fue creado lo que se conocería como el seminario. Del cual es punto clave para esta historia.
Se dice que después de un tiempo de que el padre Portillo falleció, comenzaron a surgir una serie de rumores en cuanto a sucesos extraños. Los jóvenes que llegaron a estar en este seminario comentaban que a finales de año realizaban lo que ellos denominaban como encierros, que tenían como finalidad el retiro para poder orar y realizar otras actividades relacionadas a la iglesia. Y para estas fechas algunos daban testimonio que a media noche alguien entraba a sus habitaciones para pedirles específicamente que ayudaran para oficiar una misa. El joven que, sin reconocer este aún al padre que le estaba haciendo tal petición, se preparaba para asistirlo como acólito. Aunque le parecía un poco raro que siendo media noche repentinamente a uno de los sacerdotes les diera por oficiar misa. Cuando salía del edificio para acercarse al templo, descubría que el padre se encontraba tirado como muerto y el templo estaba completamente desierto y sin luces. Este hecho comenzaba a sembrar el temor entre los jóvenes del seminario. Fue cuando concluyeron que se trataba de la famosa aparición del padre Portillo. Aunque muchas son las versiones que se cuentan sobre este personaje.
Otra de las versiones que daban para el año 1950, es que varias personas que vivían cerca del templo de belén, escuchaban a media noche el sonido de las campanas. Y algunos curiosos que, supuestamente conocían la historia sobre el padre Portillo, decidían acercarse para ver de lo que se trataba, porque según eso, los naturales del lugar aseguraban que este personaje salía por las noches para oficiar misa y pagar lo que no había logrado en vida. Otros tantos decían que no había llevado su vida con honestidad y para librarse de tal manda, debía de oficiar misas para entregar un supuesto tesoro a quien resistiera asistirlo toda la misa.
Este hecho causó gran polémica al grado de que algunas personas en estado de ebriedad se acercaban en este horario para encontrarse con la aparición. El caso es que no a todos les sucedía, sino que, a quien menos lo esperaba. Al ir caminando por el lado de la calle Mérida (frente a la entrada principal del templo), se encontraban con un supuesto sacerdote que los invitaba a celebrar misa, pero sirviendo como acólitos, y a cambio de esto les daría algunas monedas de oro. Cosa por lo que, gustosamente aceptaban. Y dicen que, al acercarse al templo, veían al padre de frente al altar, pero el templo vacío, y al voltear a ver al padre, este ya no estaba. Quedando el templo completamente vacío. Esto hacía que la persona saliera corriendo del lugar.
En la actualidad, algunas personas aseguran escuchar pasada la media noche, el sonido de las campanas del templo de belén. Aunque, da pauta para ciertas especulaciones que terminan por dar una respuesta de incredulidad para quienes escuchan las historias que surgen de este lugar y de su padre Portillo. No obstante, en algún momento, esta historia fue motivo suficiente para convertirse en una de las leyendas características de la ciudad de León de los Aldama.